Lo primero que debes saber es reconocer y diferenciar, al menos, los tipos básicos serif y sans serif. La clasificación de las tipografías es muy amplia, pero estos son dos grandes grupos muy importantes. Dentro y fuera de ellos hay muchos más.
¡Ahora sí, empezamos!
La personalidad
Las tipografías tienen personalidad propia. Tiene que ser adecuada para tu marca o proyecto y coherente con lo que quieres transmitir.
Si te digo que describas a una amiga, quizás dirías que es amable y simpática, o tierna, o con mucho carácter… bueno, pues con las tipografías pasa lo mismo.
Si en tu diseño vas a utilizar el texto acompañado de una fotografía, ilustración o gráfico, la composición debe ser armoniosa. Puede haber un contraste, claro que sí, pero el conjunto debe ser armonioso, debe transmitir una sensación y un mensaje concreto.
Completa
Hay tipografías que no incluyen todos los signos de puntuación, les falta la ñ, números, tildes y otros signos de puntuación. Asegúrate de que tenga el alfabeto completo, todos los signos de puntuación, números, mayúsculas y minúsculas. Todo.
Que sea de familia numerosa
Que tenga una familia grande.
Una familia tipográfica está formada por diferentes variaciones de la tipografía manteniendo las características principales que la definen. Por ejemplo, negrita, cursiva, light, bold, extra bold, bold cursiva, heavy… Cuanto más opciones tenga, más grande es la familia. Si no tiene una familia muy grande, al menos debe tener 3 – 4 “miembros”.
Esto te permite jerarquizar textos utilizando una sola tipografía y sin perder el estilo de tu identidad visual. Créeme, es muy útil.
Buena anfitriona
Debe invitar a la lectura, ser legible y fácil de leer.
Versátil
Que se pueda utilizar en colores, fondos y soportes diferentes sin perder su personalidad y legibilidad.
Hay tipografías que son tan finas, que cuando se imprimen sobre un fondo oscuro o se reduce su tamaño, pierden el trazo.
Ten en cuenta también las astas ascendentes y descendentes. Si son muy largas o con adornos, puede ser un problema para textos escritos en dos o más líneas e interferir una vez más, tanto en la legibilidad como en la estética.
Para qué y para quién
Estos dos para pueden ir de la mano o no.
Debes tener claro para qué y cómo vas a utilizar esa tipografía. Si es para algo que vas a imprimir, lo vas a publicar en redes sociales o en un blog, en qué tamaño la vas a utilizar, si es un texto largo, corto, un título, es para un folleto o para un cartel, a qué distancia se va a leer, etc.
Debes conocer el público al que va dirigido eso que vas a hacer. No es lo mismo una tipografía para un público infantil, para personas mayores, para hacer una presentación a una empresa, para adolescentes…
Un ejemplo concreto en el uso de la tipografía en tu identidad visual:
Si estás eligiendo una tipografía para el lema de tu marca y éste irá con tu logotipo, debe ser una tipografía que no pierda legibilidad al reducirlo de tamaño. Ten en cuenta que tu logotipo se puede usar en tarjetas, posiblemente en un sello, en el bordado de un uniforme, en una pegatina para packaging, etc. Si no es lo suficientemente clara y pierde sus formas al reproducirlo en esos tamaños, no se va a leer bien, se perderá el mensaje, la legibilidad y la estética.
Evita utilizar texto falso durante la elección
Si alguna vez has entrado a un banco de tipografías habrás visto que tienen un texto de ejemplo para que te hagas una idea de como se verá. En muchos casos, tienen una casilla donde puedes cambiar el texto y escribir lo que quieras para que te hagas una idea de cómo va a quedar.
Bien, haz lo posible por probarla con un texto real, sea en la web antes de descargarla o una vez descargada. Has la prueba en tu diseño con tu texto real y no con texto falso, o lo que llamamos lorem ipsum.
¿El motivo? Pues, así como las tipografías tienen su personalidad, el texto también, y la unión de los dos creará el efecto final de lo que quieres comunicar y transmitir.
Antes de despedirme, te dejo un video que puedes ver en YuTubedonde te lo explico al revés por si te aclara un poco más, «Como NO elegir tipografías».
¡Gracias por llegar hasta aquí!
Espero que esto te ayude a elegir tipografías la próxima vez que lo necesites.
Si tienes alguna duda o sugerencia, escríbeme.